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¿Patrimonio Natural o recurso productivo? El conflicto ambiental en Sierra Pelada en torno al buitre negro

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In this paper, the authors analyse the conflict that has existed since 1970 between different social players regarding one of the major black vulture colonies ( Aegypius monachus ) in the Iberian Peninsula: between those who defend the eucalyptus plantations and those supporting the black Vulture.
Abstract
We seek to analyse the conflict that has existed since 1970 between different social players regarding one of the major black vulture colonies ( Aegypius monachus ) in the Iberian Peninsula: between those who defend the eucalyptus plantations and those supporting the black vulture. The conflict is both about heritage and the environment. We will see how the black vulture on the one side, and the eucalyptus on the other, have become the lynchpin of a symbolism that confronts the paradigm of productivism and environmentalism in their respective evaluative hierarchies.

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Revista de Dialectología y Tradiciones Populares, vol. LXXI, n.
o
2, pp. 467-486, julio-diciembre 2016,
ISSN: 0034-7981, eISSN: 1988-8457, doi: 10.3989/rdtp.2016.02.006
¿PATRIMONIO NATURAL O RECURSO PRODUCTIVO? EL CONFLICTO AMBIENTAL...
Revista de Dialectología y Tradiciones Populares,
vol. LXXI, n.
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2, pp. 467-486, julio-diciembre 2016,
ISSN: 0034-7981, eISSN: 1988-8457,
doi: 10.3989/rdtp.2016.02.006
¿Patrimonio Natural o recurso productivo?
El conflicto ambiental en Sierra Pelada
en torno al buitre negro
1
Natural Heritage or Productive Resource? The Environmental
Conflict Regarding the Black Vulture in Sierra Pelada
Félix Talego
Universidad de Sevilla
ftalego@us.es
Ángel del Río
Universidad Pablo de Olavide
adelsan@upo.es
Agustín Coca
Universidad Pablo de Olavide
acocper@upo.es
RESUMEN
Analizamos el conflicto que desde 1970 se mantiene entre diversos actores acerca de una de
las más importantes colonias de buitre negro (Aegypius monachus) de la Península: entre los
partidarios de los eucaliptos y los partidarios de los buitres. Se trata de un conflicto a la vez
patrimonial y ambiental. Veremos cómo el buitre negro a un lado y el eucalipto al otro han llegado
a ser ejes de un simbolismo que confronta el paradigma productivista y el ecologista en sus
respectivas jerarquías valorativas.
Palabras clave: Patrimonio natural; Recurso; Conflicto ambiental; Ecologismo; Productivismo.
SUMMARY
We seek to analyse the conflict that has existed since 1970 between different social players
regarding one of the major black vulture colonies (Aegypius monachus) in the Iberian Peninsula:
between those who defend the eucalyptus plantations and those supporting the black vulture.
The conflict is both about heritage and the environment. We will see how the black vulture on
the one side, and the eucalyptus on the other, have become the lynchpin of a symbolism that
confronts the paradigm of productivism and environmentalism in their respective evaluative hier-
archies.
Key words: Natural Heritage; Environmental Conflict; Ecologist Movement; Productivism.
Copyright: © 2016 CSIC. Este es un artículo de acceso abierto distribuido bajo los términos de una licencia
de uso y distribución Creative Commons Attribution (CC-by) España 3.0.
1
El artículo es fruto de una investigación financiada por el Centro de Estudios Andaluces en
los años 2013 y 2014.

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Revista de Dialectología y Tradiciones Populares, vol. LXXI, n.
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ISSN: 0034-7981, eISSN: 1988-8457, doi: 10.3989/rdtp.2016.02.006
INTRODUCCIÓN
Sierra Pelada es una porción del territorio de Sierra Morena Occidental, de unas
doce mil hectáreas de extensión. Es el escenario de un «conflicto patrimonial» —po-
demos decir también «ambiental»— que viene librándose desde hace cuarenta años.
En 1989 fue declarado Paraje Natural por la Junta de Andalucía. Constituye un hito
en el freno a la extensión del monocultivo maderero y, simultáneamente, un hito en
los esfuerzos por evitar la extinción del buitre negro, una especie protegida y recono-
cida Patrimonio Natural por la Administración andaluza. Los distintos actores implica-
dos mantienen visiones distintas sobre el valor, el significado y el destino de dicho
espacio y los elementos que contiene. Posiciones inconciliables en el sentido preciso
de que, aunque todos reconocen los valores y significados que los demás atribuyen a
aquel territorio (paisajístico, productivo, ecológico, cinegético), cada uno construye una
jerarquía valorativa diferente. De manera que los arreglos y ententes que se han veni-
do produciendo no anulan el fondo del conflicto.
En el caso que estudiamos, ese conflicto —ambiental, patrimonial— se cataliza en
el buitre negro y el eucalipto. La trama de significados a ellos atribuidos, y su
interacción, muestran la trascendencia política del caso. Pretendemos contribuir al
entendimiento de aquellos conflictos ambientales en los que algunos de los actores
reivindican la cualidad de patrimonio natural para especies o espacios.
La atribución de calidad patrimonial a especies o espacios arranca a finales del siglo
XIX con los primeros parques nacionales. Si bien, en aquellos primeros parques el
valor monumental primaba sobre el medioambiental (Pérez 2003: 59), que descollará
a partir de los años sesenta del siglo XX en los «santuarios naturales». Estudiamos la
contraposición entre «patrimonio natural» y «recurso»; sobre qué debe ser considerado
patrimonio (fin) y qué recurso (medio).
Hemos hecho etnografía con los agentes forestales, propietarios del entorno del
Paraje, empleados de las empresas madereras y con los ecologistas en Sierra Pela-
da
2
, las personas empeñadas en salvaguardar los buitres, lo que ha dado pie a que
reflexionemos sobre el ecologismo. Argumentamos que es portador de un nuevo
paradigma, alternativo al productivista o «crecentista», que supone la reconsideración
radical de qué es patrimonio y qué recurso y conduce a un cierto «reencantamiento»
de determinados espacios y especies: nuevas formas de zoolatría, fitolatría y topo-
latría.
2
El trabajo de campo forma parte de un proyecto más amplio para el estudio de diversas
áreas protegidas en Andalucía. Fue subvencionado por la Dirección General de Bienes Cultura-
les de la Junta de Andalucía (2011) y por el Centro de Estudios Andaluces (2012). Se llevó a
cabo entre 2011 y 2013, con estancias periódicas en Aroche, desde dónde concertábamos entre-
vistas con actores de distintas localidades colindantes del Paraje. Procuramos que las entrevistas
a propietarios, agentes forestales y ecologistas se hicieran en su entorno laboral, en un contexto
más amplio de convivencia y seguimiento de sus rutinas en el Paraje o su entorno. Las entrevis-
tas y conversaciones informales con los empleados de las empresas madereras se realizaron en
sus domicilios y lugares de sociabilidad habitual en los pueblos colindantes.

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¿PATRIMONIO NATURAL O RECURSO PRODUCTIVO? EL CONFLICTO AMBIENTAL...
EL LUGAR Y LOS BUITRES
Sierra Pelada es un Paraje Natural
3
en Sierra Morena occidental. Su paisaje es ca-
racterístico de la dehesa tradicional, escasamente poblado, por ser tierra de frontera
con Portugal hasta el siglo XVIII. Es declarado Paraje Natural en 1989 por alojar una
de las principales colonias de buitre negro de la Península. En 1950 comenzaron las
repoblaciones con pinos y eucaliptos, la apertura de pistas forestales y la «limpieza»
del monte bajo y superficies arbóreas mediterráneas. Estos árboles de crecimiento rá-
pido supusieron una novedad total en la sierra. Llegaron las empresas madereras, que
giraban en torno a la Empresa Nacional de Celulosas (ENCE), en un cruce de intere-
ses público-privados (Veiras y Soto 2011). En 1992 la Administración andaluza aban-
dona la repoblación con eucaliptos. No obstante, las empresas madereras continúan
en terrenos privados y repoblando con eucaliptos y pinos.
El buitre negro es de conducta esquiva, abandonando los nidos si proliferan las
actividades humanas. Sierra Pelada era probablemente la colonia más importante de
Europa en el momento en que se iniciaron las labores de plantación de los eucalip-
tos (Bernis 1966). Pero la drástica reducción de matorral y dehesa a un cinco por ciento
de la superficie (Galán 2010) afectó negativamente a la colonia de buitres: el número
de parejas se había reducido a cuarenta y cinco a mediados de los años setenta y a
veintisiete en 1983, pasando al cuarto lugar de importancia entre las colonias ibéricas
de buitre negro.
Desde avanzada la década de 1980 en que el buitre negro es declarado especie
protegida y Sierra Pelada Paraje Natural, la Administración andaluza ha requerido a
las empresas forestales que realizan trabajos en las plantaciones madereras de la zona
que las estacionen, con objeto de no laborar en el Paraje en la estación de nidificación.
Los trabajadores de estas empresas han mostrado su rechazo a esta restricción, pues
afirman que restringe sus posibilidades de trabajar. De ello ha derivado que estos buitres
se hayan convertido en elemento de discordia.
LOS DEFENSORES DEL BUITRE
Las primeras contestaciones articuladas a la extensión del eucalipto en la sierra lle-
garon de los conservacionistas de la asociación Ándalus a comienzos de la década de
1980, llamando la atención sobre los perjuicios de esta especie para la flora y la fau-
na autóctona, en particular para la colonia del buitre negro. Ponen en marcha el Pro-
yecto Buitre Negro «como respuesta a las alarmantes noticias que se tenían sobre el
estado de las dos colonias de Buitre Negro»
4
. Los activistas de Ándalus Jesús Vozme-
diano, Carlos Segovia, Rafael Galán, Enrique Alés
5
estaban entre las personas que pri-
mero se aventuraron a la empresa de salvar a los últimos buitres negros de Sierra
3
Figura legal de protección de espacios agrestes.
4
Ver Proyecto Buitre Negro en Sierra Pelada en www.asociacion-andalus.org
5
Todos ellos han llegado a ser conocidos y reconocidos después en el activismo medioambiental
andaluz y español. Mencionados en distintas publicaciones de divulgación y especializadas, ade-
más de autores ellos mismos de estudios sobre el buitre negro u otras temáticas medioambientales,
algunas de las cuales citamos en el desarrollo del texto.

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Pelada. Obtuvieron algunos éxitos iniciales decisivos: dirigieron misivas a distintos res-
ponsables públicos, como Alfonso Guerra (Vicepresidente del gobierno entonces) del
que tuvieron respuesta, que instó al Instituto para la Conservación de la Naturaleza
(ICONA) a suspender los aterrazamientos hasta que se determinase la no afectación
de los buitres. Fue decisivo en aquellos años la buena acogida que la prensa provin-
cial y andaluza
6
dio a las denuncias que realizaban los ecologistas, pues la fuerza
numérica de la asociación y su capacidad de movilización no era suficiente para otro
tipo de actuaciones públicas, y en los pueblos no entendían todavía el significado de
sus protestas, o se mostraban directamente hostiles, pues en palabras de Carlos Segovia,
la imagen de los ecologistas era la de «los que venían a defender al buitre y a quitar-
le trabajo a la gente»
7
. La prensa fue por tanto la fuerza de Ándalus en su defensa de
la colonia del buitre negro, especialmente durante los años ochenta.
En 1984 se produce otro hito decisivo en el proceso de reconocimiento de la co-
lonia de Sierra Pelada: miembros del Comité Central de la LVPN (Liga Suiza para la
Protección de la Naturaleza), llamada después PRONATURA VAUD contactaron con
Javier Castroviejo, entonces Director de la Estación Biológica de Doñana. Los conserva-
cionistas suizos querían avistar buitres negros y visitar una colonia. Castroviejo los puso
en contacto con Ándalus. El resultado de aquel encuentro fue la publicación de un
artículo en una conocida revista ecologista suiza, que era una llamada de socorro so-
bre la situación del buitre negro en Andalucía: Sauvons les derniers Vautours moines
d´Andalousie! (Trüb 1985). Los conservacionistas de Suiza y del Fondo de Interven-
ción para las Rapaces francés (FIR) tomaron como propio el Proyecto Buitre Negro.
En 1989 la Administración andaluza reconoce Sierra Pelada como Paraje Natural con
12.226 hectáreas
8
. El objetivo que motiva la declaración es la protección de la colonia
del buitre negro. Pero el reconocimiento legal no ha puesto fin a los problemas para
la colonia de estas aves carroñeras: incendios, envenenamientos y nuevas repoblacio-
nes, algunas de ellas dentro del mismo Paraje, han incidido para que no aumente el
número de ejemplares, por lo que a principios de la década de 1990 la colonia cedió
el cuarto puesto en el ranking europeo a la colonia de la Sierra de Gredos (Ávila).
En 1996 los ecologistas deciden quejarse ante el Comisario Europeo de Medio
Ambiente, por lo que consideran dejadez o incluso negligencia de la Junta de Anda-
lucía en su responsabilidad de proteger el Paraje. La denuncia surte efecto y la Admi-
nistración andaluza reacciona: crea la Comisión de Seguimiento del Buitre Negro e
integra a los representantes de Ándalus en dicha Comisión
9
. Desde entonces, la Dele-
gación de Medio Ambiente prescribe a las empresas madereras que actúan en el Pa-
raje y sus aledaños la prohibición de realizar labores durante el período de cría de
6
En la sección de Noticias de la página Web de Ándalus (www.asociacion-andalus.org) po-
demos encontrar una amplia muestra de noticias sobre esta problemática aparecida en distintos
medios de comunicación onubenses y andaluces.
7
Entrevista a Carlos Segovia, activista de Ándalus, 2012.
8
Ley 2/1989, de 18 de julio (BOJA núm. 60, de 27/07/1989).
9
Los ecologistas proponen que la repoblación se realice sin máquinas; porque se ofertará más
trabajo y porque, además, se reducirá la erosión. Los escasos cauces de contacto entre los acti-
vistas y los trabajadores, a lo que seguramente hay que añadir el poco interés de los poderes
públicos por mejorar la imagen de los ecologistas, se ha traducido en el desconocimiento en las
localidades de estas propuestas, manteniéndose la creencia en su insensibilidad al desempleo.

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¿PATRIMONIO NATURAL O RECURSO PRODUCTIVO? EL CONFLICTO AMBIENTAL...
las parejas. Pero la limitación ha elevado el tono de las críticas y el rechazo por parte
de los trabajadores hacia «los ecologistas», a quienes han venido culpando como res-
ponsables del desempleo.
En los últimos años ha mejorado sensiblemente la situación de la colonia y en 2015
ha aumentado el número de parejas un 10,5% respecto al balance de 2014, hasta al-
canzar las 105 parejas, según señala el informe sobre el censo de esta especie en la
provincia onubense que preparan cada año las organizaciones ecologistas Fundación
Bios y Ándalus, con la Junta de Andalucía, en el marco del Proyecto Buitre Negro
10
.
A pesar de la mejoría que se ha venido manifestando en los últimos años, Ándalus y
Ecologistas en Acción han insistido en graves incumplimientos en la gestión de las
fincas dentro y en los límites del Paraje, y hacen un balance negativo de la gestión
de los poderes públicos en su responsabilidad de velar por la conservación de la co-
lonia
11
. Sostienen, además, que las autoridades están permitiendo el aumento de la
actividad forestal en el hábitat del buitre negro. Justo cuando la Delegación onubense
afirma que el buitre negro ya no está en peligro de extinción y su situación mejora
en Andalucía y en Sierra Pelada en particular, la asociación Ándalus en Sierra Pelada
o Ecologistas en Acción en la comarca del Andévalo
12
levantan la voz de alarma ante
lo que entienden como atentados a espacios protegidos por campañas agresivas de
repoblación con eucaliptos. Todo ello decide a los responsables de Ándalus al envío
de nuevo quejas a la Comisión Europea (mayo y agosto de 2010). En esta ocasión,
sin embargo, la Comisión rechaza tramitar las quejas, pues consideran que las accio-
nes denunciadas no han afectado significativamente a la colonia del buitre negro. Esto
constituye un gravísimo error según Ándalus, y un revés preocupante en la lucha por
la colonia de Sierra Pelada: tenían la esperanza de que las autoridades europeas co-
rrigieran de nuevo la dejadez o, según ellos, connivencia de la Administración anda-
luza con los intereses madereros. En definitiva, en el discurso ecologista, el futuro de
Sierra Pelada y sus buitres no está garantizado.
Los activistas de Ándalus visitan periódicamente la colonia, y hacen un seguimiento
de los ejemplares y los trabajos forestales. Compaginan esta dedicación con una labor
sistemática de estudios de legislación ambiental y reglamentos, de denuncias ante di-
versas instancias, comunicaciones con las autoridades y responsables de las empresas
madereras, escritos de prensa y estudios, divulgativos unos, para revistas especializadas
otros (www.asociacion-andalus.org). Se trata de un trabajo laborioso, realizado por un
reducido grupo de personas, pero sostenido durante muchos años, y que avanza con-
tra la corriente abrumadoramente dominante en la comarca, en la plena consciencia de
10
ver noticia de Huelva Información del día 31 de enero de 2016: http://www.huelvainfor-
macion.es/article/provincia/2208467/buitre/negro/marca/su/mejor/registro/sierra/pelada.html
11
Ver denuncia de Ándalus ante la Comisión Europea en: http://www.asociacionandalus.org/
andalus/index.php?option=com_docman&Itemid=76 y noticia de Huelva Información del 9 de fe-
brero de 2014: http://www.huelvainformacion.es/article/provincia/1705226/alerta/por/rey/sierra/
pelada.html
12
La denuncia de Ecologistas en Acción ante la Fiscalía onubense se presentó el 31 de agosto
de 2009, por una acción de desmonte y destoconado realizado por Silvasur, empresa del grupo
ENCE, en el Paisaje Protegido del Rio Tinto. Según Juan Romero, representante de Ecologistas
en Acción, la actuación, tolerada por Medio Ambiente, suponía que se pasaba «de paisaje prote-
gido a desierto protegido».

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